Agradecen familiares de Azucena Brondo

Por medio de la presente, los hijos de Azucena Brondo (Chuli), queremos en pocas palabras y mucho sentir, agradecer a quienes poco o mucho han ayudado a nuestra madre a pasar sus últimos días los más confortablemente posible. Sin ustedes no hubiésemos podido darle el confort y los cuidados necesarios, pues nos han brindado desinteresadamente calidez humana, cariño, sinceridad y sobre todo respeto en el tratamiento médico recibido. Es por ello que agradecemos de corazón al Hospital Municipal “Dr. Castro”, al cuerpo médico, especialmente al Dr. Wallace, Walter; Dra. Antinori, Cecilia; Dra. Brugniere, Anabella y demás doctores qué en distintas guardias les ha tocado asistir a nuestra madre. Ellos han sido la cabeza de este cuerpo que es el hospital, pero sin lugar a dudas son las manos las que asistieron una y mil veces a nuestros requerimientos, “Los enfermeros”, quienes hicieron todo y más de lo requerido siempre con profesionalidad, pero nunca olvidando poner una sonrisa o una palabra de aliento. Son muchos, gracias a Dios. Nombrarlos, incurriríamos en el error de olvidar alguno de ellos y no es la idea. Ya que cumplen su tarea con creces y van mucho más allá de lo que se les puede exigir. Trataron a nuestra madre y a nosotros con empatía, delicadeza y tacto que aliviaba el sufrimiento del momento. Nadie los obliga hacer reír al enfermo, a tomarle la mano o recordar su cumpleaños, a acompañarlo en su partida o consolar a la familia. Extendemos este agradecer a quienes asistieron psicológicamente al grupo familiar, especialmente a la Psicóloga Corradi, Paula (asistió a nuestra madre con mucho afecto y dedicación); y a las psicólogas Braun, Berenice y Cleppe, Cecilia. A choferes, personal de mesa de entrada, Mucamas y Servicio de limpieza a todos en general, muchas gracias! Pedimos mil disculpas si olvidamos a alguien. Podemos estar orgullosos del personal de nuestro Hospital, médicos, enfermeros, y auxiliares que trabajan día a día en este centro público. Son un modelo a seguir y una lección para quienes tiene vocación de servicio. Eternamente agradecidos! Fabiana, Fernanda, Carla y Juan Carlos Baier 

---