Carta de lectores
Escribe Prof. Patricia González.
Personal de la Unidad de Conservación Bahía Blanca.
Hace unos días estuvieron presentes en la localidad de Tornquist y en el Parque Provincial Ernesto Tornquist, funcionarias y funcionarios del Ministerio de Ambiente. Esta carta surge de los relatos de entrevistas publicadas en Noticias Tornquist del 21 de junio pasado.
Lo primero que me gustaría resaltar es un dato informativo: El Parque Provincial Ernesto Tornquist, efectivamente es la primer Área Natural Protegida de la provincia, quien además convoca a un Guardaparque de Parques Nacionales para su implementación y puesta en marcha en 1983. Pero no es la única Reserva Natural, como se expresa en una de las entrevistas, ni tampoco el único parque provincial, si es lo que se quiso decir.
Este Parque es único por otra razón, como bien expuso el periodista de Noticias Tornquist, que llevó a cabo las entrevistas, en un intento de dar pie para hablar del tema, que el parque es muy importante por la protección del pastizal serrano y su biodiversidad. Pero no lo pudieron tomar.
Esta área natural, como bien sabe la comunidad del partido de Tornquist, fue creada en primer lugar, por el bello paisaje prístino que conformaban las sierras y su pastizal. Luego se entendió la necesidad de preservar ese pastito que nace sobre las sierras y que como esponja retiene el agua de lluvia. De esa forma la diversidad de especies, muchas endémicas (no solo la iguana de cobre), cuentan con ese líquido elemento en épocas de sequía. El mismo que alimenta los arroyos que llegan al dique Paso de las Piedras y provee a la región de agua.
Un pastizal serrano, que siendo el sustento y cobijo de la biodiversidad, está agonizando, porque no hay una política conservacionista que haga cumplir la ley de creación de esta Área Natural Provincial.
El Parque Tornquist, que según las funcionarias es modelo provincial, está infectado de especies exóticas, caballos asilvestrados que no cuentan con la contención sanitaria (vacunas, desparasitarios) y que estarán padeciendo hambre, porque el pastizal serrano no alcanza para alimentar especies exóticas tan voraces. Por otro lado los pinos están invadiéndolo todo. Si miramos debajo de ellos no encontraremos nada más que tierra. No crece nada bajo los pinares y el pastizal muere.
Su paisaje está muy lejos del original y mucho más de su vegetación autóctona y endémica. Todo el esfuerzo de la década del 80 de cerrar el coto de caza y extraer las vacas domésticas, para crear esta reserva natural, se está viniendo cada vez más abajo.
En este contexto desde las “oficinas de La Plata”, acercan un domo para llevar adelante Talleres ambientales en una comunidad que, como dice el cuarteto de nos, ya estuvo de este lado y del otro del mostrador. Como ejemplo, el taller de residuos sólidos urbanos. Lo cierto es que el taller protegido de Tornquist, una institución “inclusiva” que alberga personas con discapacidad, viene hace décadas gestionando varios de esos residuos. Fui breve testigo de la organización de las primeras capacitaciones a sus talleristas, hace un largo tiempo atrás. Este año durante los meses de enero a mayo recicló y entregó 41.010 kilos de cartón, papel, aluminio y naylon, 28.740 kilos de vidrio, 3871 kilos de plástico, bajo el lema “reciclar no es una opción, es una responsabilidad”. Respecto al compostaje, es una actividad que está en el partido, desde hace décadas, así como las huertas familiares, particularmente en Villa y Sierra de la Ventana. También las escuelas de todo el partido, organizan salidas educativas al ambiente serrano desde siempre.
Tal vez por ello las/os funcionarias/os se sintieron sorprendidas/os por los saberes ambientales de la comunidad tornquistense, según sus dichos en la entrevista.
Ha pasado otras veces que se han acercado de La Plata, programas y proyectos, intentando “educar” a esta comunidad (y al mismo tiempo subestimarla) en algo que “ya fué”. Es harto conocida la problemática de los plásticos. Que no se terminará hasta que no dejemos de fabricarlos.
Lo que en realidad necesita la Comarca Serrana es una política estatal conservacionista seria. Que cuide de verdad lo que ya tiene a su cargo.
Porque el compromiso ambiental tornquistense estuvo siempre. Desde los primeros Guías locales, estudiantes avanzados del nivel secundario, que en el año 1984 llevaron a cabo el Curso de Guías Intérpretes en el Parque Tornquist y cargaron esta impronta conservacionista, en cada espacio donde se desenvolvieron. Hoy vienen guías de otros lados a ofrecer un relato que nunca será mejor que el de un local (¿ambientalismo popular?).
Pasando por la conformación de la Cooperadora, cuya Comisión Directiva estaba integrada por representantes de la comunidad, que prestaban su tiempo libre para dedicárselo a las necesidades de esta Reserva Natural. Con lo recaudado de los bonos contribución, logró inaugurar en el 2000, más de lo que hoy se ve en la base del Cerro Ventana (además de las oficina y baños, se construyó un kiosco, una salita de interpretación y la obra de agua). Antes de eso no había nada. Nada de nada. Ni oficinas, ni baños. Nada. El personal atendía a la intemperie debajo de un mangrullo. Como hoy se sigue haciendo en otras Áreas Protegidas, por cierto.
Nunca más hubo una inversión de este tipo, y eso que hoy se recauda por el ingreso de un turismo que aumentó exponencialmente desde aquellas épocas. Y el ¿Plan de fortalecimiento de las Áreas Protegidas?
Finalmente decir, que si bien el Ministerio de Ambiente es nuevo, como dicen en la entrevista, su personal NO. Y tampoco está integrado solo por Guardaparques. Somos Personal del Sistema de Áreas Naturales Protegidas que incluye: técnicas/os, guías, biólogas/os, educadoras/es, administrativos/as, obreros, comunicadores Y Guardaparques. La llegada de los guardaparques al sistema fue tardía, y en el mientras tanto fuimos otros profesionales los que mantuvimos en pie las Reservas Naturales y Parques Provinciales.
Cada vez que nombran solo a los Guardaparques están excluyendo al resto. El todes nos nos incluye. Necesitamos un verdadero discurso inclusivo. Porque el cuidado de la naturaleza requiere de todos/as nosotros/as.