Milei dice que el peso se seguirá apreciando pero los mercados tienen dudas

HOY 08:16:13 | 154 LECTURAS | GENERALES

En el año electoral, el Gobierno se esmera por mantener a raya la inflación y el dólar. Pero la industria y el campo se vuelven cada vez menos competitivos.

Como indica el manual político en la Argentina, el Gobierno busca que la inflación y el dólar estén frenados para tener mayores chances de ganar las legislativas de octubre próximo.

Tanto el presidente Javier Milei como el ministro de Economía, Luis Caputo, fatigan los micrófonos declarando que el dólar no está atrasado, que haber bajado la devaluación mensual al 1 por ciento fue un acierto y que la moneda local se hará más fuerte en los próximos meses.

Mientras tanto, diversos economistas están incómodos con la brecha cada vez mayor entre las evolución de los precios y la de la divisa norteamericana.

Milei está enfocado en ganar la “batalla cultural” e instalar temas que obligan a la oposición a barajar y dar de nuevo en forma constante.

El jefe de Estado salió a barrer con quienes alertan sobre el atraso cambiario, y puso el foco en Domingo Cavallo -el padre de la convertibilidad-. 

El exministro de Economía de Carlos Menem y Fernando de la Rúa había señalado que el peso estaba demasiado apreciado, lo que desató la furia de Milei.

El Presidente tildó a Cavallo de “impresentable”, lo acusó de trabajar para la oposición y de un plumazo desplazó a su hija, Sonia Cavallo, del puesto de representante ante Naciones Unidas. Una represalia feroz.

Fue una respuesta furiosa del jefe de Estado que busca disciplinar a los especialistas influyentes detrás de su programa económico, que este jueves se anotó otro éxito en la lucha contra la inflación: el costo de vida desaceleró a 2,2% en enero y en doce meses solo subió 84,5%, al lograr romper la inercia de los tres dígitos.

Sectores productivos alertan que la decisión del gobierno de seguir atrasando el dólar puede generar pérdida de competitividad cuando la Argentina necesita salir de su estatus de país fronterizo para los mercados.

Según Milei, se equivocan los economistas que alertan sobre un retraso en el valor del dólar y los acusa de ser como un “disco rayado”, repitiendo conceptos.

Para el economista Rodolfo Santángelo, "no hay una situación de grosero atraso cambiario", pero advirtió sobre el recorte de la tasa de devaluación oficial (crawling peg) y explicó que "debería unirse" a la inflación.

También sostuvo que el tipo de cambio contra la inflación "ha caído lo que siempre cae en los planes de estabilización".    

"Había empezado con un colchón y perdió el colchón, y eso requiere urgente que la tasa de devaluación converja a la tasa de inflación o, al revés, que la inflación converja con la devaluación", explicó.

En cuanto al crawling peg y el recorte que generó el Gobierno nacional del 2% al 1% mensual, Santángelo consideró que "todavía puede haber meses donde se siga deteriorando con relación al tipo de cambio oficial". Igual, el influyente economista dijo no ver este escenario como “una situación gravísima e irreversible”, pero sí lo consideró un “llamado de atención sin lugar a dudas".

De acuerdo con el último informe del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), el tipo de cambio promedio de la convertibilidad menemista fue 2 por ciento más alto que el actual. En febrero de 1993, recién alcanzó el mismo nivel que el vigente en 2024. 

Para Jorge Colina, director del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), hay un proceso de “apreciación cambiaria, es decir, el dólar está muy barato y muchos sectores productivos no están pudiendo competir con las importaciones. El desafío es ir hacia una economía que, sin inflación y dólar alto, sea competitiva”.

El índice Big Mac, creado por The Economist, funciona como parámetro mundial sobre la apreciación de monedas. Argentina encabeza ese ranking en América Latina y está segunda a nivel mundial: el costo argentino de la hamburguesa “Big Mac” es de 7,37 dólares, de acuerdo con el tipo de cambio oficial medido en 1.031,50 pesos. 

Milei desmereció ese índice y dijo que carece de sentido tenerlo en cuenta.
Para Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina, el Gobierno tiene que velar porque la Argentina sea competitiva con el mundo. 

“Lo que tenemos que analizar es por qué no se nos permite ser competitivos, y es ahí donde nosotros vemos, que hay otros factores que influyen, como los impuestos. Principalmente las retenciones, pero también el impuesto a los combustibles y el impuesto al cheque. Todo eso hace que perdamos competitividad”, señaló.

Uno de los rubros donde se puede observar que el país está caro en dólares es el turismo. Las fotos y videos de miles de personas viajando a Brasil, por ejemplo, lo demuestran. 

“El tipo de cambio favorece ahora a Brasil, no a la Argentina. Para recuperar competitividad, es fundamental reducir los impuestos, ya que representan el 50% del costo de los productos turísticos”, advirtió Aldo Elías, vicepresidente de la Cámara Argentina de Turismo. 

Pero el enfoque que más enojó a Milei fue el de Cavallo: “El curso de acción más recomendable, desde mi punto de vista, es la eliminación temprana de las restricciones cambiarias comenzando por las financieras y avanzar hacia la reunificación en no más de tres meses”, señaló el exministro de Economía antes de ser pulverizado por el Presidente.  

Es que, en el Gobierno, madura la idea de levantar el cepo recién tras las elecciones legislativas de octubre próximo, a la que espera llegar con un dólar calmo y una inflación en retirada.

Milei castigó: “Todas las apuestas devaluatorias de los economistas que intentan redimirse de sus malos pronósticos de 2024 están flojas de papeles, mientras que el Gobierno no devaluará para salvarles la ropa a sus clientes a costa del dolor de los argentinos de bien”. Por su parte, el ministro Caputo ironizó sobre los economistas que “no pegan una desde hace un año”.

En medio de este debate, el Presidente sorprendió -otra vez- al augurar que la moneda argentina se va a apreciar como sucedió con el yen en Japón -la cuarta economía del mundo-, que. cuando empezó la estabilización en la recuperación posguerra, el tipo de cambio estaba en niveles "estratosféricos", bajó.

Así, el Presidente reavivó el tema que días atrás tuvo como protagonista a Caputo, quien afirmó que "los precios están adelantados", al comparar la situación local con la que le permitió a Japón resurgir como potencia mundial en lo que se conoció como "el milagro económico japonés".

Esa iniciativa tuvo como eje el trabajo conjunto entre el sector público e industrias claves como la tecnológica y la automotriz, para fortalecer las actividades con mayor potencial de inversión.  

Se trata del concepto Balassa-Samuelson, que explica la relación entre el crecimiento económico y los precios de los bienes y servicios en diferentes países, explicó Juan Carlos Hallak, profesor de Economía Internacional e investigador de la UBA.

En medio de esta discusión, Milei aludió al impacto de la apertura comercial sobre un sector clave como el automotriz, y dijo que, si no se adapta y "quiebra", se podría acceder a vehículos "más baratos", lo que generará ahorro e inversión en otros sectores de la economía. 

El Presidente le advirtió a los empresarios que "se van a tener que acostumbrar a vivir con un tipo de cambio más bajo porque la moneda argentina se va a apreciar" como sucedió con el yen, que "cuando empezó la estabilización un dólar estaba a 600/700 yenes, y ahora está en 150".

Pero si bien economistas coincidieron en que la competencia impulsa a los actores de la economía real a ser más eficientes para mantener y aumentar su rentabilidad, alertaron que en Japón hubo un acompañamiento del Estado y estabilidad macroeconómica por  décadas. 

Expertos advierten que en una economía vulnerable como la argentina, en donde el sistema tributario es un entramado muy complejo y poco flexible, las regulaciones son excesivas y continúan las restricciones cambiarias, una apertura abrupta puede generar dificultades para la industria local, con un impacto directo sobre el mercado laboral a corto plazo.

Algo similar sostiene la UIA, cuyos directivos recibieron esta semana al ministro Caputo y le pidieron estabilizar las reglas de juego.

Para Yanina Skiba, economista Jefa de MM Investments, "si hay una correcta readecuación e inversión en mejorar la calificación de los trabajadores, se puede revertir el impacto negativo y construir una mano de obra calificada". Pero consideró que la situación argentina no se puede comparar con el modelo japonés. 

"Se trata de un modelo industrial en donde las cadenas de valor de las empresas están integradas y donde se busca la mayor eficiencia posible; se fomenta la competencia, la innovación y el desarrollo tecnológico; además la relación entre el Gobierno y las corporaciones es clave para el crecimiento, un ejemplo de lo dicho es la automotriz Toyota", explicó.

Otros expertos consideran imposible ejecutar en la Argentina las medidas que le permitieron a Japón resurgir en la posguerra. Menciona que Japón tienen una economía desarrollada hace más de 50 años, mientras la Argentina es un país de frontera (ni siquiera subdesarrollado). También apuntan a la diferencia cultural: "Se respetan entre todos, sobre todo a los adultos mayores, y no existen faltas de respeto", señalan.

Para los expertos que cuestionan a Milei, el peso se debería apreciar a partir de un aumento de la productividad. Consideran equivocado intentar forzarlo sin antes mejorar la capacidad de producción. 

Para el economista Esteban Domecq, el dólar barato "no es sostenible para las cuentas externas de un país". Dijo que la combinación de la cuenta corriente y financiera da como resultado el saldo de las reservas internacionales. "Si se tiene un tipo de cambio razonable, se va a estar generando dólares y las reservas van a subir. Si tenés un tipo de cambio bajo, vas a tener una pérdida de dólares y las reservas van a bajar", explicó.

Si bien consideró que el tipo de cambio está “equilibrado", advirtió que "las reservas no crecen y las reservas netas están en negativo. Con este tipo de cambio, ya no podés acumular (reservas)", sostuvo.

Explicó que los precios de los commodities están “pinchados, hay que pagar las importaciones y cada vez se ve más rojo. Pero cuando se ves la cuenta financiera, se destaca el RIGI, el blanqueo, el mercado y el FMI".

Para Domecq, la discusión del atraso cambiario es “infinita" y alertó que el BCRA no puede seguir "con este balance de commodities".

Pero también pidió discutir la sostenibilidad de este modelo. “Si el Gobierno dijera 'Voy a avanzar con reformas estructurales, voy a reducir el costo argentino, voy a avanzar rapidísimo con el boom de petróleo y gas, y las commodities van a subir', con este escenario es sostenible", dijo el director de la consultora Invecq.

Para Domecq, la dificultad en la acumulación de reservas es un "llamado de atención". El Banco Central lo sufre a diario.