Una voluntaria comparte su experiencia en el temporal de Bahía Blanca

24/03/2025 21:20:30 | 326 LECTURAS | GENERALES

Patricia M. González y su experiencia como voluntaria en la tragedia de Bahía Blanca.

Polo Petroquímico y  Puerto Petrolero de Bahía Blanca.

 Agua que corre déjenla salir
Patricia M. González de Bahía Blanca

Una voluntaria más por la catástrofe del 7 de marzo del 2025

Mi amiga recibe el llamado desesperado de su mamá, una señora mayor que vive sola, “el agua está entrando a casa”. Rápidamente decide acercarse, la acompaña su hijo. A medida que van caminando las calles del barrio, el agua les va llegando cada vez más arriba. De pronto aparece una mujer algo perdida, iba a comprar el pan. Pero tropieza y se sumerge. Mi amiga, Marcela, y su hijo alcanzan a tomarla de la campera. La salvan. Luego con la ayuda de alguien más, logran ponerla fuera de peligro. De no mediar esas coincidencias la señora hoy estaría en otro listado. Donde esperemos no deban encontrarse las niñas que el matrimonio intentó salvar subiéndolas a una combi. Dios quiera que suceda el milagro y aparezcan.

En un hogar de ancianos, trabaja una mujer que tiene tres hijos. Contó que perdieron todo. El patio estaba más alto que su hogar, por lo tanto el agua y su contenido, bajó con la suficiente potencia como para, en pocos minutos, arrasarlo. Pero ella, Miriam, no pide nada, no pide colchones, no pide que le arreglen la casa, nada. Solo quiere una cosa: los audífonos de su hija,  que al mojarse quedaron destruidos. Salen cerca de tres millones de pesos. Que obviamente no tiene.

Otra mujer, también Marcela, tiene un hijo adolescente, Dylan, con parálisis cerebral. Es cada vez más duro, para ella, empujar la silla de ruedas por los caminos de tierra de su barrio, a pesar de la existencia de la ley de accesibilidad. La tormenta se llevó la silla y desde entonces al menos hasta este momento (a dos semanas de la catástrofe) está movilizando a su hijo, alzándolo.

Un nene Benjamín, cumple siete años. En su casa también perdieron todo. No hay tiempo para festejos. Sus juguetes ya no están, y sabemos lo importante que son para los niños. Los juguetes sanan. Son tan necesarios como una heladera, un colchón, y hasta una casa. Un niño puede vivir en una carpa provisoria y ser feliz, siempre que pueda jugar.

Pero con voz compungida el Intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles, ex director del Consorcio del Puerto de Bahía Blanca, explica la tragedia que nuestra ciudad está viviendo. Evacuados, desaparecidos, fallecidos, personas sin hogar. 

Nada dice del muro negro, que contribuyó a hacer crecer y es el que impidió el pasaje de las aguas naturalmente hacia el mar. Un muro integrado por el Polo  Petroquímico y el Puerto Petrolero que ocupan gran parte de la costa. El eslogan de Susbielles como Director  era “un puerto en crecimiento”, y avanzaba en hectáreas de cemento hacia el estuario, sobre el lodo barroso, aplastando miles de cangrejos cavadores, que contribuyen a la absorción del agua, evitando que ese lodo se endurezca. 

Si bien Bahía Blanca es una ciudad de cemento: sus plazas tiene cada vez menos tierra, las pocas  zonas de absorción se usan para el negocio inmobiliario (construcciones de  edificio tras edificio) y el canal Napostá, cauce natural del agua,  está históricamente entubado, lo cierto es que la peor decisión de todas, fue  construir un muro de cemento con chimeneas contaminantes, ocupando la mayor parte de la costa, el lugar final donde el agua debe llegar, y peor aún hacerlo crecer cada vez más.

Dow, Mega, Profertil, Unipar junto al Puerto Petrolero, hoy más calladitos que nunca, integran ese muro. Además son los que operan las palancas para abrir las compuertas que descargan el agua. ¿Acaso tienen el poder de decidir hasta donde nos sumergimos?. Incluso parece que algunas estaban tapadas, mientras la “ciudad industrial más importante del país”: Ingeniero White, seguía inundada, después de la tormenta. Sabemos que el bombero que lo explicó, no es el que miente.

 En la nota de Sílice “La Plusvalía Ambiental. Bahía Blanca en Peligro” (publicada en el mes de febrero) replicamos esta frase “toda realidad ignorada, prepara su venganza” (Ortega y Gasset). Pero la venganza no la reciben los empresarios petroleros, sino la nena que perdió sus audífonos, el niño que perdió sus juguetes, el joven que perdió su silla de ruedas, y muy tristemente los fallecidos. 

Esta es apenas una pequeña parte  del pasivo ambiental que  las empresas petroquímicas nos dejan. Hay más. Y lo pagamos nosotros, pero también el ambiente y su biodiversidad, que recibirá toda la basura acumulada en esta catástrofe. El daño social no se compara (aunque es muy fuerte) con el daño ambiental que se sigue provocando a partir de este evento. Miles y miles de plásticos, químicos, de las farmacias inundadas, productos peligrosos por la inundación del laboratorio de la UNS, que hubieran caído al agua, más cantidad de residuos cloacales, entre otros, irán a parar irremediablemente al estuario, a nuestras Reservas Naturales marítimas. Porque ni el Ministerio de Ambiente de la Provincia y menos el Municipio de Bahía Blanca tienen un plan mejor que no sea el de tirar los residuos al basural a cielo abierto y dejar que también se vuelen al mar.

Hay mucho por hacer, pero nada servirá si seguimos teniendo un muro de cemento con el Polo Petroquímico  y   sus chimeneas contaminantes, ocupando nuestra costa. 

SE TIENEN QUE IR YA! APAGUEN LAS CHIMENEAS, ABRAN LAS COMPUERTAS Y VAYANSÉ!.

Finalmente agradecer a:

A Adriana, Sandra, Lorena y a Ercilia Figeroa que contactó a Eliana Domingo (Tornquist) quien gestionó la donación del audífono. Ana Sol Loto (Tornquist) que gestionó el traslado. La familia de Maximiliano Zanotto que se ocupó de traerlo. Fue entregado el día Martes 18 de marzo.

La ONG Sonrisas, a cargo de Vanesa que avisó  que Benjamín  cumplía 7 años, hizo la torta, consiguió bebidas y facturas donadas.  Marcela, donó los sándwich y la Iglesia Reflejos de Amor,  una pelota de regalo. Todo ya fue entregado.

En cuanto a la silla postural que solo el estado puede conseguir,  fue gestionada. A la mamá de Dylan le llegó un mensaje que la habrían conseguido pero…hasta el momento de escribir esta nota no la recibió. Sigue alzando a su hijo adolescente para cada traslado.

Patricia M. González