Científicos argentinos logran prevenir el dolor generado por quimioterapia
Lo hicieron con formulaciones conteniendo derivados del cannabis.
Buenos Aires, abril de 2025 – Investigadores del Instituto de Investigaciones en Medicina Traslacional (CONICET–Universidad Austral) publicaron en la revista Psychopharmacology evidencia preclínica de que ciertas formulaciones orales de derivados del cannabis podrían prevenir el dolor neuropático asociado a la quimioterapia con paclitaxel. Si bien el estudio se realizó en un modelo experimental, los resultados representan un avance clave hacia nuevas estrategias complementarias para pacientes oncológicos.
Liderado por las doctoras Delia Soriano y María Florencia Coronel, el trabajo probó dos formulaciones de uso clínico compuestas por THC (Δ9-tetrahidrocannabinol) y CBD (cannabidiol), los principales compuestos activos de la planta de cannabis. Una de las formulaciones usadas tenía partes iguales de THC y CBD (proporción1:1) y la otra, una cantidad baja de THC y veinte veces más CBD (proporción1:20). Esta diferencia es clave: el CBD presenta propiedades ansiolíticas y anti-inflamatorias, mientras que el THC posee acción analgésica pero puede generar efectos psicotrópicos como euforia, confusión o alteraciones en el estado de ánimo.
En el estudio, se administraron estas formulaciones al mismo tiempo que se inició el tratamiento con paclitaxel, uno de los quimioterápicos más utilizados para tratar cáncer de mama, ovario y pulmón, y que puede generar neuropatía y dolor como efecto adverso. Los animales que recibieron las formulaciones de THC y CBD -provistas por la empresa pública jujeña Cannava SE- no desarrollaron hipersensibilidad al tacto ni al frío, signos comparables al dolor que refieren los pacientes que desarrollan esta neuropatía. Además, ninguna de las formulaciones acentuó otros efectos adversos de la quimioterapia ni mostró toxicidad hepática.
Aunque los resultados aún deben validarse en humanos, este trabajo se destaca por utilizar formulaciones y dosis similares a las que ya se emplean en pacientes con otras patologías, administradas por vía oral y de grado farmacéutico.
“Nuestros resultados abren la puerta a una alternativa preventiva, efectiva y segura, usando productos a base de cannabis ya aprobados para otras patologías y adaptados a las formas de administración utilizadas en pacientes oncológicos”, explican las autoras.
Este estudio se complementa con investigaciones clínicas del mismo equipo, que documentaron la magnitud del problema en distintos tipos de cáncer:
En pacientes con cáncer de mama tratadas con paclitaxel se observó una prevalencia del 62% de neuropatía, y casi la mitad continuaba con síntomas dos años después de finalizado el tratamiento.
En personas con cáncer colorrectal tratadas con oxaliplatino, la neuropatía afectó al 73% de los pacientes, con mayor frecuencia en mujeres.
En niños con cáncer hematológico tratados con vincristina se detectó una prevalencia del 23%, y una asociación de la neuropatía con el uso de otros fármacos antineoplásicos que generan toxicidad neuronal.
En su conjunto, estos hallazgos refuerzan la necesidad de avanzar hacia ensayos clínicos que evalúen cómo se desarrolla este tipo de dolor y la eficacia de nuevos tratamientos como el uso de derivados del cannabis en pacientes adultos, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de quienes atraviesan tratamientos oncológicos.
